Frente al recrudecimiento de las sanciones económicas de EEUU, valdría la pena que se consideren una serie de medidas “coyunturales” que, de paso podrían convertirse en cambios “estructurales”:
- eliminar las actuales restricciones al emprendimiento privado y cooperativo facilitando la apertura de establecimientos de producción de bienes y de servicios (eliminar la lista de actividades permitidas y establecer una lista muy pequeña de actividades no permitidas, entre las cuales pensaría que se prohiban los lupanares y cuestiones relacionadas con las drogas pero NADA MÁS),
- autorizar operaciones directas de comercio exterior a empresas nacionales establecidas o por establecer sin restricción de formas de propiedad y sin tener que usar como intermediarias a las empresas estatales, estableciendo aranceles adecuados a las importaciones de bienes de consumo y estimulando la importación libre de bienes intermedios, maquinarias, materias primas que sean usados en proyectos productivos,
- eliminar las actuales restricciones a la importación privada de bienes por parte de la población que viaja al exterior o de los cubanos que viajan a su país que, de forma momentánea y puntual podrían aliviar la situación de abastecimiento de bienes al menos en el caso de familiares y amigos,
- aceptar que la inmensa mayoría de los cubanos que se han establecido fuera de Cuba quisieran que el país progrese y ese interés une a quienes pueden estar separados por razones ideológicas (esto debería implicar muchas medidas concretas, tales como:
a) eliminar lo que queda de las actuales “categorías migratorias”,
b) eliminar las actuales restricciones de hasta 24 meses fuera del país permitiendo que cada cual esté el tiempo que quiera o pueda sin que ello implique perder la residencia,
c) entrega de carnet de identidad de Cuba a todo ciudadano que lo solicite sin que para ello sea necesaria una “repatriación” sino que sea un derecho de todo cubano,
d) autorización para que cualquier cubano, con independencia de su lugar de residencia pueda establecer negocios en Cuba siempre que ellos contribuyan a la generación de empleo, paguen impuestos y permitan dinamizar la economía nacional).
Este esfuerzo que planteó el gobierno de “congelar” precios debería conducir a la reducción de las exhorbitantes tarifas que el mismo Estado cobra en divisas a la población, tales como: pasaporte (lo cual incluye no solo su excesivo precio sino también los inmensos costos de transacción que implica su renovación cada dos años cuando la mayor parte de países del mundo establece en 10 años la duración total del mismo sin que sea necesario renovarlo), todos los servicios de legalización de documentos, servicios consulares, etc. Aclaro que estas no son las únicas medidas necesarias. Estas solo apuntan al tema concreto de enfrentar el recrudecimiento de las sanciones económicas de EEUU. Hacen falta otras de carácter estructural, cuyo análisis rebasa este espacio y que abordaré en su momento. Respecto al desarrollo de actividades productivas, el gobierno debe cambiar su mentalidad.
Las “instituciones extractivas” profundizan el subdesarrollo por lo que es necesario construir “instituciones inclusivas” que son las que promueven el desarrollo y ello debería implicar una nueva cultura tributaria que estimule la contribución fiscal (lo cual también implica derechos a controlar lo que se hace con esas contribuciones) y no la evasión que es lesivas al interés común y que se fomenta cuando se adoptan impuestos excesivamente altos que estrangulan en lugar de fomentar. Bienvenidos al debate.